ANTÁRTIDA - EXPLORACIÓN - EXPEDICIONES: Ernest H. Shackleton 1914 - 4ª parte

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EXPLORACIÓN - EXPEDICIONES

Ernest Henry Shackleton 1914 - 4ª parte


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os meses iban pasando, con los hombres sobre aquel témpano de hielo a la deriva, al antojo de los vientos y corrientes, que jugaba con sus vidas, sus pensamientos, sus destinos. El 9 de abril de 1916 el hielo que les sostenía se desintegró hasta tal punto, que se vieron forzados a echar los botes al agua y embarcar en ellos. El témpano partió, se abrió un cauce bajo él y dos horas más tarde, tras embarcar todas las provisiones, consiguieron navegar una corta distancia de tres millas por el canal abierto. Por la tarde abordaron otro témpano y de nuevo arrastraron los botes hasta la superficie, se instalaron las tiendas, y se encendió la estufa. Al día siguiente regresaron al agua, y a las 11 de la mañana consiguieron alcanzar aguas abiertas.

El 12 de abril de 1916 Shackleton observó que progresaban bien hacia el Oeste, realmente habían estado flotando 30 millas hacia el Este. La isla Elefante, en las Shetland del Sur, apareció entonces ante ellos en el Nor-noroeste. De repente un ventarrón se hizo presente y separó el Dudley Docker de los otros dos, que terminó en una playa estrecha y plagada de piedras. Pronto los demás alcanzaron también el lugar. Shackleton, en el Stancomb, fue el primero en desembarcar. Cuando todos estaban en tierra, los hombres empezaron a correr por toda la playa como si hubiesen encontrado una tonelada de ron; simplemente estaban exaltados de felicidad, aún no estaban salvados ni sabían que les depararía el destino a partir de ahora, pero sus pies tocaban aquella "tierra maravillosa", la primera tierra, por primera vez en 16 meses.

El desembarco en este lugar de isla Elefante sabían que no podía ser por mucho tiempo, debían localizar otro punto seguro donde acampar. A la mañana siguiente, Wild, Marsten, Crean, Vincent y McCarthy salieron a la búsqueda de un área adecuada. Al anochecer los hombres aún no habían regresado, otra vez de nuevo trajo mucha ansiedad y preocupación a Shackleton y los demás. A las 20:00 oyeron un grito en la distancia; al principio no podían ver nada en la oscuridad, pero un poco más tarde, como un fantasma, el bote y los hombres aparecieron. Habían localizado un lugar bien resguardado, arenoso, a 7 millas al Oeste de donde se encontraban. Después de un largo forcejeo por mar, el 17 de abril de 1916 fue instalado el nuevo campamento en el lugar que llamaron Cabo Wild. Shackleton escribió:

"Cuando nos juntamos alrededor de la estufa con el humo golpeando en nuestras caras, nos sentíamos felices, en alegre compañía. La vida ya no nos parecía tan dura. Mientras cenábamos, la nieve flotaba sobre la superficie del glaciar y nuestros fríos cuerpos entraron en calor."

En la siguiente semana Shackleton planeó su peligroso viaje en busca de ayuda. La única respuesta a la pregunta acerca de su rescate parecía encontrarse en las Islas Georgias del Sur, que se encontraban a 800 millas de distancia y donde había una estación ballenera. El océano al Sur de Cabo de Hornos, en Tierra del Fuego, se reconocía como el área mas tormentosa del planeta. Los hombres tendrían que asumir estas condiciones en un pequeño bote, sabiendo que existían grandes posibilidades de perder la vida en el intento. Aunque Wild deseaba ir Shackleton se negó, prefirió que se quedase al mando del grupo que permanecería en isla Elefante, y que lo mantuviese unido hasta que regresasen a rescatarlos. Si por primavera no habían vuelto, Wild tenía que tomar los dos botes que les quedaban e intentar llegar a la isla Decepción, una isla volcánica en medio del mar de Brandsfield pero abrigada, y con posibilidades de que algún día un barco ballenero recalase allí.

Lanzando al agua el James Caird
Lanzando al agua el James Caird

El lunes 24 de abril de 1916 los hombres lanzaron el Stancomb al agua cargado con provisiones, vestimentas y lastre. Después se lanzó el James Caird que era el más pesado. El lastre estaba compuesto por bolsas confeccionadas con mantas, que después llenaron con arena. Se cargaron 250 trozos de hielo para disponer de agua potable. Como instrumentos disponían de un sextante, compás, ancla, unos mapas y un par de prismáticos. Cuando el James Caird estaba flotando casi vuelca por el oleaje, mientras que Vincent el carpintero caía al agua; era un contratiempo, pues resultaría difícil secar la ropa una vez en viaje.

Pronto estaban libres de oleaje y de piedras. El Stancomb se acercó y transfirió la carga, regresando a la orilla en busca del resto. La operación de carga resultó complicada y laboriosa, y los hombres terminaron empapados. Por el mediodía estaban listos para hacerse a la mar.

Despedida del James Caird
Despedida del James Caird

La tripulación del Stancomb estrechó las manos de los hombres del James Caird, y éste enfiló hacia el Nordeste. Shackleton junto con Worsley, Crean, Mcneish y Vincent iniciaron aquí el viaje de una vida.

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